Hola a todos, me he dado un tiempo para ponerles mi historia en mi blogs. Esperó les guste.
Amor Perdido
Solange Álvaz
Cinco años habían pasado desde la última vez que Tommy estuvo
en su pueblo natal. Cinco años en los que sufrió y perdió sus deseos de vivir.
En los que finalmente gracias a la ayuda de su padre pudo salir de la profunda
depresión en la que cayó. Y todo por su primer amor, o tal vez sería mejor
decir el rechazo cruel de su primer amor.
Cada vez que recordaba el estúpido día se le llenaban los
ojos de lágrimas. Rayos, le molestaba sentir estos sentimientos a flor de piel.
Inhaló profundo, dejando que su mente lo llevase al pasado. Recordando como si
fuese ayer a esa persona que tanto cambió su vida.
Parecía una estupidez ahora, pero en su momento tuvo
repercusiones épicas, casi lo llevó al suicidio. Era increíble como la mente de
un adolescente era tan extrema, donde para él sólo existía su mundo, un mundo
creado en la fantasía. Y creciendo día a día en su mente y corazón. Daba
gracias que su padre lo amara tanto, que hubiese velado por él y lo sacara del
pueblo. No hubiese soportado ver día a día a Lucien Matthew, profesor de
Matemáticas. En su vieja escuela.
Recordaba el día que Lucien llegó a remplazar a la señora
Spooth. Verlo entrar en el salón de clases lo dejó sin aliento, era tan guapo,
sexi y muy varonil. Quedó encandilado. No podía dejar de verlo, totalmente
pendiente de cada movimiento y palabra de éste. Dios, fue choqueante para él
caer enamorado de otro hombre por primera vez. Tenía casi dieciocho años, y se
encontró buscando pretextos para hablarle. Sólo para tener el placer o el
sadismo de verlo sin poder hacer nada.
Al principio Lucien Matthew había sido amable y lo trató como
se trata a un cachorro, luego era amable, pero distante. Esto lo dejaba pasar y
veía sólo lo que su mente enamorada quería ver.
Tommy quería saber todo sobre su nuevo héroe. Dios, como lo
había amado, hubiese hecho lo que el hombre le hubiese pedido, pero él nunca le
pidió nada. Y finalmente él empezó a ignorarlo. Eso sí que le molestaba, y
hasta dolía un poco, pero en su confusión no veía nada malo. Por lo que siguió
adelante, buscando el momento y el lugar para encontrar a solas al hombre.
Pasó casi un mes y el profesor Matthew era cada vez más
distante y frío. Esto finalmente lo quebró y decidió tirar sus cartas sobre la
mesa. No aguantaba más, quería saber qué sentía Lucien. Ya había esperado
bastante por su amor. Un día al encontrarlo solo en una sala de clase, se
acercó sigilosamente. Al verlo, el hombre levantó la vista y se levantó de su
asiento. Lo miró extrañado al encontrarlo en el salón, ya que era de un curso
más bajo. Tommy tomando valentía tan propia de la juventud, se acercó sin decir
nada frente al hombre y dejándose llevar por un impulso, le robó un beso a
Lucien, que se encontraba mirándolo con desconfianza. Cuando se abalanzó hasta
él, sintió como se puso rígido. Por lo que perdió parte de la valentía que
había tenido.
Sólo de recordar ahora la furia reflejada
en los ojos del hombre, se le encogía el corazón. La respuesta no se hizo
esperar. El profesor Lucien lo tomó de un brazo y lo empotró contra la muralla,
con furia y rudeza. El dolor del golpe de su cuerpo impactando en la muralla y
la dureza de cómo lo sujetaban esas rudas manos, lo sacó de su burbuja,
asustándolo. Había soñado tantas veces con esas manos acariciándolo, ese cuerpo
amándolo. Y ahora éste estaba castigándolo. Se equivocó, ya no podía
retroceder, sólo enfrentar lo que provocó.
—La próxima vez que te me acerques te sacaré lo hombre a
golpes. Mantente alejado de mí. Si estás buscando alguien que te dé por culo,
busca por otro lado, que no sea yo —estas palabras fueron dichas con tanta
rabia que cada una de ellas dañó al joven muchacho enamorado, dejándolo como un
pobre despojo. No era capaz de mirar al hombre mayor a la cara. Cuando sintió
que lo soltó, se dejó ir, alejándose; huyendo del dolor. Sin atreverse a mirar
atrás… con cada fibra de su ser llorando, su corazón afligido. Su mente en ese
momento era una neblina. Su alma rota. Impactada. Sólo continuó caminando,
lejos, cada vez más lejos. Su mente de niño—hombre en conflicto. Meses de vivir
enamorado de una ilusión, del amor unilateral y ahora le explotaba el desengaño
de golpe.
Salió de salón de clase, sin mirar nada alrededor. El mundo
en ese momento no existía para él. Salió de la escuela y caminó por las calles.
No supo cuánto caminó, ni cuánto tiempo pasó. Solo. En estado de sonambulismo.
Hasta que su padre se preocupó porque no llegaba y salió a
buscarlo. Lo encontró a orillas de la carretera caminando pero totalmente ido.
La preocupación de su padre fue tal que detuvo su camioneta y salió a buscarlo
al ver que su hijo no respondía.
—Hijo… —en un principio el joven no asimilo nada, sólo
después de varios intentos por parte de su padre, él reacciono—. ¿Qué sucede,
chico? cuéntale a papá.
Con estas palabras pronunciadas por su padre él rompió a
llorar y lo abrazó. Su padre lo subió a la camioneta y lo dejó llorar. Cuando
estuvieron en casa su padre hizo que le comentara lo que había pasado. Tommy se
lo contó todo, con algo de temor por la reacción de su papá, pero él sólo lo
había tomado en sus brazos y lo había abrazado, diciéndole que dejara todo en
sus manos, que ya solucionaría el problema para que no tuviese que ver más al
Profesor Lucien Matthew.
Y su padre cumplió, terminó sus estudios como estudiante
libre y sólo regresaba al colegio a dar exámenes con el director. No fue fácil,
su mente no ayudaba mucho. Pasaba largos períodos de tiempo encerrado en su
habitación, mirando al vacío, sin ánimos de nada. Se obligó a sí mismo a
sumergirse en los estudios. Fue muy difícil. La concentración no hacía nada por
ayudarlo. Pero lo logró. Por su padre puso todo el empeño para no defraudarlo.
Una vez que se graduó, su padre lo hizo postular a la
universidad en otra ciudad y él también pidió el traslado en su trabajo. Por lo
que empezaron una nueva vida, lejos de los recuerdos que destruían el ánimo de
Tommy.
Durante ese tiempo su padre enfermó de hipertensión, por lo
que ya no pudo hacer ciertos trabajos en la construcción, trataban de cuidarse
mutuamente. Tommy se volvió silencioso, desconfiado e incrédulo. No hizo
amigos, vivió sólo para los estudios y alcanzar una meta. Su corazón se fue
endureciendo, con el correr de los años. Convirtiéndolo en un hombre
inalcanzable. Donde no había tiempo para el amor.
Y aquí se encontraba ahora, cinco años después, en su pueblo
natal. Su padre había muerto un mes atrás de un infarto cardiaco. Y antes de
morir le pidió que volviese donde las cosas se habían torcido y que solucionara
lo que tenía pendiente, aunque sólo sea para llamar imbécil en la cara a Lucien
Matthew.
Miró a su alrededor e hizo una mueca al ver que casi nada
había cambiado, la plaza seguía exactamente igual, la señora Rivera continuaba
tomando su siesta de las cuatro sentada bajo el viejo árbol que tantas
historias guardaba. Hasta estaba seguro que si buscaba en su corteza
encontraría el tallado que había hecho con su cuchillo de bolsillo donde ponía
“Lucien te amo”. Suspiró al darse cuenta de lo tonto que había actuado,
realmente la adolescencia era cabrona.
El aroma en el aire era el mismo, inspiró y cerró los ojos,
identificando los aromas de los distintos árboles que rodeaban la plaza.
Recién graduado de ingeniería en construcción, se estaba
tomando este tiempo por su padre, que en vida le dio todo su apoyo y amor,
ayudándolo a ser persona nuevamente y no ese desecho de joven que salió de este
pueblo. Por su padre se quedaría un mes y luego retomaría su vida y cerraría el
capítulo que tenía su vida en suspenso. Realmente el primer amor podía ser lo
más bello o lo más maldito que podía suceder a alguien. Lo peor es que su amor
fue unilateral, y con un final humillante.
Bajó del vehículo y fue hasta los asientos de la plaza, se
sentó al sol, buscando calor. Miró todo a su alrededor. Había muchas madres con
sus niños. Le llamó la atención un pequeño niño que recién estaba aprendiendo a
caminar, sonrió al ver que tenía el mismo cabello de Lucien, no podía ver el
color de sus ojos, pero el pequeño se lo recordaba. No podía creer que aún
ahora su corazón retumbaba desbocado sólo en pensar en el hombre. ¿Qué sería de
su antiguo amor? Después había sabido que estaba casado.
Él, como había vivido en una burbuja de amor, nunca se dio
cuenta o simplemente no se quiso enterar. Se sentía un poco culpable, pero no
tanto. A lo mejor tenía varios hijos.
Volviendo su atención a su entorno vio cuando el muchachito
salió corriendo hacia la calle, por lo que se levantó corriendo impulsado por
la adrenalina, no se detuvo hasta tener al niño en brazos alejándolo del
peligro. Suspiró soltando el aliento y abrazó al muchacho. Se sentía tan
pequeñito en sus brazos, frágil. Miró hacia donde estaban vehículos circulando
y se estremeció al pensar en lo que pudo haberle pasado a ese dulce niño.
—Uff cosita… no lo vuelvas a hacer. Pudiste lastimarte —el
niño lo miró con sus grandes ojos entre asustado y maravillado. Lo llevó hasta
donde estaba la mujer algo preocupada.
—Este jovenzuelo quería aventuras —dijo acercándose sonriendo
y entregándole el niño a la mujer.
—Ufff. Gracias, Lucky es terrible, cuando no caminaba, todos
deseaban que caminara para que no fuese tan dependiente, pero ahora todo es un
peligro para él, se escapa, llega a lugares que antes no tenía acceso… ohhh
definitivamente estaba muy bien sin caminar —parloteó la mujer pálida y aún
algo asustada.
—Pobre, para él todo es una fuente de juegos y
descubrimientos.
—Sí, lo es. Lo malo es que me tiene loca a mí y a su padre.
Te juró que a Lucien le da terror que lo traiga sola al parque o la plaza —dijo
la mujer divertida, sin darse cuenta como el joven frente a ella retuvo el
aliento y se puso rígido.
—¿Lucien Matthew? —logró preguntar reteniendo el aliento.
—Sí, ¿lo conoces? —respondió maravillada la joven mujer.
—Sí, fui su alumno en la segundaria —dijo diplomáticamente.
—Ahhh, pues sigue dando clases, sólo que ahora en la
universidad.
—Ohhh.
—Le gusta más dar clases a chicos más grandes, dice que se
toman más en serio las materias —la joven mujer sonrió al ver que Lucky estaba
haciendo duros esfuerzos para lograr que su héroe del rescate lo tomará en sus
brazos—. Le gustaste. No suele darse con gente que recién conoce. ¿Te
molestaría tomarlo?, estoy segura que hará berrinche hasta obtenerlo que
quiere.
—Mmmm… un joven que sabe lo que quiere, ven acá, amiguito
—dijo Tommy tomando en sus brazos al niño, quien se aferró a su cuello y besó
su mejilla. Con sus pequeños brazos rodeándolo, sus manos sujetándolo
firmemente. Nunca antes tuvo un niño cerca. Se sentía tan bien. El recibir
cariño sin antes haberlo mendigado. Sintió un pequeño calor invadir su corazón,
llegando a desentumecer su corazón dolorido y resquebrajado. Por lo que
libremente envolvió al niño en un abrazo, haciéndolo reír feliz de que su nuevo
héroe lo acariciara.
—Ohhh… mira quien viene ahí —dijo la mujer contenta indicando
hacia sólo unos metros de donde estaban ellos. Tommy se volvió con el niño aún
abrazándolo y se quedó asustado y pálido al ver a Lucien a sólo unos pasos.
Frunciendo el ceño al verlo con su hijo. Tommy se soltó cuidadosamente del
niño, con cuidado para que no se asustara y se lo entregó a la mujer. El niño
protestó al ver que lo alejaban de sus brazos.
—Disculpa… tengo que irme… este… fue un placer conocerte
—dijo balbuceante, sólo queriendo escapar.
—Pero… ¿no te quedarás a saludar a Lucien? —la mujer recibió
al niño y miró contrariada al joven y luego a Lucien. Tommy se dio media vuelta
y rápidamente se dirigió hasta su auto. Creyó lograrlo hasta que sintió la voz
de su antiguo amor llamarlo. No quería parar, pero este llegó donde él y le
impidió escapar.
—Tommy… espera, ¿hace cuánto que estás acá? —preguntó
suavemente el hombre, reteniéndolo firmemente con una mano en el hombro.
—Sólo acabo de llegar… y ya me voy. No sabía que era tu hijo.
Yo… mejor me voy —balbuceó angustiado, sin saber cómo reaccionaría Lucien.
—No aún, déjame hablar contigo. La última vez que supe de ti
fue hace cinco años. Yo tengo que aclararte algo.
—No hay nada de qué hablar —dijo Tommy contrariado y molesto.
Miró hasta donde había estado la mujer con el niño—. ¿No se molestara tu mujer
de que hables con un maricón? —susurró en forma dura, recordándole al otro como
lo había tratado años atrás.
—Ella no es mi mujer, es sólo la chica que cuida de mi hijo.
Mi esposa murió, Tommy, hace año y medio. Cuando nació Luc.
—Rayos… lo siento —miró extrañado a su ex amor—. Pero no se
dé que querrías hablar conmigo.
Lucien miró a ambos lados de la plaza antes de hablar.
—¿Este es tu auto? —Preguntó indicando el vehículo junto al
joven—. Yo ando sin el mío. Vamos a un lugar más privado a hablar.
Tommy frunció el ceño pero sacó el seguro del vehículo e
invitó a Lucien a subir. No sabía a qué se debía este cambio en el hombre, lo
tenía confundido. Odiaba cuando no sabía que terreno pisaba. Optó por callar y
ver qué sucedía. En silencio los condujo sin querer hasta su rincón preferido
en este pueblo, un riachuelo que muy pocos conocían, era muy privado. Detuvo el
auto y bajó en silencio. Fue hasta la orilla del río y vio correr el agua,
seguía estando tan hermoso como cuando venía por las tardes después de clases.
El pasto rodeaba el lago, y frondosos árboles se erguían dándole una sensación
de privacidad. Inspiró el aire que invadió sus sentidos, le encantaba esto. No
se dio la vuelta para reconocer al otro hombre, pero lo sentía muy cerca.
—¿Qué querías hablar conmigo? —preguntó sin volverse, dándole
la espalda, no sabía si tendría el valor de enfrentarlo. Era más difícil de lo
que imaginó. No esperó que los sentimientos que creía haber enterrado,
volvieran a él como un golpe.
—Tommy… primero que nada, quería pedirte perdón —dijo el
hombre suavemente, pendiente de cada movimiento del joven—. Sé que te lastimé.
Te busqué para hablar contigo, pero ya nunca apareciste en clases. Luego te
retiraste. ¿Fue por mí? ¿Tanto daño te hice?
—Tú me cagaste la vida —se volvió bruscamente Tommy quedando
frente a Lucien, luego hizo una mueca agridulce y rodó los ojos—. Al menos en
ese momento lo hiciste. Estaba tan estúpidamente enamorado de ti… mi primer
amor… y este me manda a trompadas lejos de él —cada palabra fue arrancada de su
interior, brusca, cruda. Buscando causar daño, pero a la vez limpiando su
corazón atormentado.
—En ese tiempo estaba casado, y mi esposa estaba enferma de
cáncer —Lucien colocó sus manos sobre los hombros de Tommy y lo obligó a
mirarlo a los ojos—. Tú también me interesabas, Tommy, pero lo veía como una
traición a la mujer que estaba conmigo, la que cada día luchaba por estar viva.
No podía sólo dejarme llevar por lo que sentía por un hermoso muchachito.
Además, estaba el factor que eras estudiante y menor de edad. Necesitaba el
trabajo, el tratamiento de Eva era costoso. No podía arriesgarlo todo por un
enamoramiento. Perdóname si te lastimé —dijo esto último en un susurro, y
levantando su mano derecha para acariciar el rostro del muchacho con el dorso
de sus dedos.
—No era sólo un enamoramiento… yo te llegué a amar… y después
de eso quise morir. Sólo mi padre supo ver y me alejó del dolor —relató
angustiado, recordando todo lo que pasó en ese periodo de tiempo.
—Como me gustaría retroceder el tiempo. Sé que debes odiarme.
Nunca he dejado de pensar en ti. Me atormentaba todo este tiempo no saber qué
te había pasado. Recuerdo el dolor que te causé… —Lucien respiró profundo y
parpadeó alejando una desvergonzada lágrima. Pero sin hacer nada por
esconderla. Tommy vio asombrado el recorrido de esa gota recorriendo el rostro
de Lucien.
—No es para tanto, ya no sufro —dijo el muchacho frunciendo
el ceño al ver por primera vez los sentimientos de Lucien—. Hey, me harás
sentir culpable por hacerte llorar, ¿no debería ser al revés?
—¿No has pensado que yo también sentía algo por ti? ¿Crees
que es fácil tener a un cachorrito hermoso alabando todo lo que haces,
mirándote como si fuese su ídolo y luego… nada? —Tommy entendió la verdad de
sus palabras, y frunció el ceño al darse cuenta que sólo se centró en sí mismo.
—Mmmm… no he pensado en cómo te sentías, sólo te odiaba por
lastimarme y tirar mi amor a la basura —susurro el joven, contrariado.
—Tommy… —Lucien se acercó, quedando pecho contra pecho. Se
miraron a los ojos, ninguno muy seguro de saber qué hacer a continuación, con
miedo de romper el momento. Lucien levantó su mano y tocó suavemente el rostro
del joven, delineó los labios antes de acercarse y besarlo suavemente,
esperando una respuesta por parte del joven.
Tommy gimió maravillado de sentir tanto aún por este hombre,
que se dejó llevar. Llevó sus brazos hasta el cuello de Lucien. Saboreando por
primera vez al hombre que tanto amó y por el que aún sentía algo. El beso se
fue poniendo cada vez más intenso, envolvente, caliente. El joven sentía las
manos de Lucien recorrer su abdomen y apretar sus pezones. Soltó un grito
excitado… y buscó aliviar su estado moliéndose contra la cadera de Lucien, éste
al sentirlo sonrió. Dejó libre por unos segundos sus labios y puso su atención
en soltar la cremallera y el botón de los jeans de Tommy. Abrió lentamente la
cremallera, cuidando de no lastimar nada a su paso. Sacó la delgada erección
del confinamiento del bóxer. Con su mano derecha envolvió suavemente su
erección y lo torturó con placer.
Tommy gimió y se aferró al cuerpo de Lucien. Se dejó llevar
por los sentidos, sintiendo todo su cuerpo electrizado. Miró como esa mano
morena tocaba su cuerpo, como si fuese el suyo propio, con confianza. La imagen
lo dejó al borde, sentía su orgasmo formarse a punto de llegar. Suspiró y pidió
más con sus movimientos. Cuando sintió un dedo penetrar su agujero, no pudo
retenerse y acabó con fuerza en la mano de Lucien. Sentía sus piernas como
fideos, sin fuerza. Por lo que se aferró al cuerpo firme que aún lo sostenía. Lucien besó la frente del muchacho y lo ayudó
a tenderse sobre el frondoso pasto. Lo abrazó y permanecieron en silencio por
largos minutos. Sólo escuchando sus agitadas respiraciones.
—¿Es correcto lo que estamos haciendo? —preguntó inquieto
Tommy, no quería soñar y exponerse a otra desilusión, ahora como hombre no lo
soportaría. El sentimiento que estuvo dormido volvió con fuerza. Escondió la
mirada asustado de demostrar demasiado.
—Ya no hay nadie a quien podamos hacerle daño. Yo reprimí mi
vida y en el proceso tú saliste lastimado, ya no habrá más de eso. Me he
prometido vivir la vida plenamente.
—¿Y qué significa eso? —Quiso saber esperanzado. Tal vez su
padre tenía razón al querer que volviese al pueblo.
—Me gustaría mucho tenerte en mi vida —respondió mirándolo a
los ojos seriamente, pero sin esconder los sentimientos que estos reflejaban.
—¿Tú crees que es tan fácil? Yo pasé por mucho, Lucien… —se
rebeló el joven al ver como todo se estaba dando tan fácilmente ahora, cuando
en el pasado casi le costó la cordura.
—Lo sé, sólo te pido que no te cierres a mí. Me gustaría
poder ganarme nuevamente tu respeto y tu amor.
—No ha habido nadie en mi vida —miró a Lucien a los ojos,
diciéndole sin palabras lo importante que él aún era en su vida.
—Ohhh, bebé, siento tanto haberte dañado. Te juro que cuando
te alejé estaba en mi peor momento, Eva estaba asistiendo a quimioterapia y mis
ingresos se hacían polvo. Después el tratar de ayudarla. No fue fácil para mí,
Tommy. Cada vez que te acercabas eras un recordatorio de lo que no podía tener.
Eras tan demostrativo, tan inocente. No te dabas cuenta que cada vez que te
acercabas te deseaba más. Y mi conciencia ganó la partida, no podía ser infiel,
no cuando luchaba por su vida. Ella incluso se embarazó sabiendo que tenía un
ochenta por ciento de probabilidades en contra, se aferró a ese veinte por
ciento. Y puedo decir que esa fue la etapa más feliz de Eva. Sentir a Luc en su
vientre. Eso me hizo sentirme en paz conmigo mismo. Ya que pude regalarle algo
que anhelaba más que su vida. Ella sabía que a lo mejor no viviría, pero estaba
tranquila porque yo me preocuparía y amaría a mi niño. Por lo que se fue feliz.
—El escucharte contarme de esos días me hacen darme cuenta de
lo egoísta que fui, nunca se me ocurrió preguntarte nada, ni siquiera sabía que
eras casado, sólo veía lo guapo que eras —suspiró, reteniendo un sollozo—. Viví
en una burbuja y cuando se reventó, no fui capaz de manejarlo. Por eso me fui.
Mi papá se asustó de lo que pudiese hacer y me llevó lejos. Me obligó a salir
de esa depresión, me ayudó tanto… Pero él sabía que había algo que solucionar
en mi vida. Él me pidió que volviera e hiciera las paces con el pasado. Era tan
sabio, siempre velando por lo que era mejor para mí, incluso antes de morir.
Tal vez a esto se refería él.
—Puede ser. Tu padre me conocía. Sabía de Eva —le informó con
un susurro. —Nunca me dijo nada —dijo asombrado.
—¿Y hacerte más daño? ¿Cómo te sentirías si yo te hablase de
ella, pero aún viviese?
—Mmmm… buen punto, no sería lo mismo. Se sentiría corrupto.
—Así me sentía cada vez que te acercabas a tentarme.
—Lucien… ¿qué sientes ahora por mí? —Quiso saber
desesperadamente el joven.
—Creo que podrías ser alguien importante a quien amar. Tú
eres el único que tiene la decisión en sus manos —Lucien se inclinó sobre el
joven y buscó sus labios, besándolos suavemente.
—Me gustaría mucho, pero me da tanto miedo —dijo inquieto el
joven revelando sus temores.
—¿Qué puede salir mal? Sólo seremos nosotros conociéndonos,
amándonos —se detuvo un momento y dijo algo inquieto—. Claro que hay un factor
importante. ¿Te gustan los niños?
—Si lo dices por Luc, tu terremoto es un amor. Ya nos hicimos
amigos en la placita. Creo que te sacará canas.
—Me alegro, porque mi hijo es mi vida. Y en cuanto a las
canas ni que lo digas, no quiero estar viejo y que te roben de mi lado.
—No eres viejo, lo sabes… y eres sexi —Tommy se sentía tan
liviano, como si hubiesen sacado un enorme peso de sus hombros. Por lo que
decidió vivir el presente y tratar de dejar el pasado atrás.
—Gracias, es agradable escuchar eso de un chico caliente
—Agradeció Lucien dándole un suave beso en los labios del muchacho.
—¿Crees que soy caliente? —preguntó asombrado.
—Siempre lo has sido, cariño, ¿por qué crees que me traías de
cabeza?
—Creo que me arriesgaré…
—¡Espera! —lo detuvo inquieto Lucien.
—¿Por qué?
—Porque antes hay algo que quiero preguntarte. Y darte la
opción de elegir —dijo seriamente.
—¿Qué?
—Espera, mira que soy chapado a la antigua. Ahora bien… —tomó
las manos de Tommy entre las de él y lo miro seriamente a los ojos—. ¿Quieres
ser mi novio?
—Ohhh… Lucien… yo… me encantará serlo. Nunca pensé que te
escucharía decirlo —dijo el joven emocionado y con lágrimas en los ojos.
—¿Es eso un sí?
—Sííí… —el joven se enderezó y se tiró sobre Lucien,
abrazándolo—. Bésame.
—Eso será un placer —sonrió, envolviendo sus brazos alrededor
de Tommy.
Lucien atrajo el cuerpo del joven firmemente contra él y lo
besó. Demostrando en ese beso el deseo, cariño y por qué no decirlo, algo de
amor… ese amor guardado, silencioso. Que en su momento tanto los hizo sufrir,
pero que hoy libremente se empezaban a entregar. Tenían la oportunidad de crear
nuevos recuerdos y aumentar ese amor que años atrás sintieron. Ahora los dos
como iguales, como adultos que se quieren.
—Dios, te deseo… hazme el amor —pidió Tommy deseoso.
—Lo haremos, cariño, pero no acá. Ten paciencia, ya
llegaremos a mi casa. Y podré tenerte todo para mí.
—¿Por qué no? —El joven miro alrededor de ellos—. No hay
nadie por estos lados.
—En otra ocasión, quiero que nuestra primera vez sea
especial. No un arrebato hormonal.
—Ohh, pero me gustan esos arrebatos —se quejó el joven
frunciendo el ceño.
—A mí también, bebé. Sólo me refería a la primera vez que
hagamos el amor. Ya después si quieres podemos bautizar cada centímetro de este
terreno.
—Uyyy, qué imágenes cargas en mi cerebro ¿Cómo quieres que
aguante hasta tu casa? Vamos, no seas malito. Dame ese trozo hermoso que
escondes tan celosamente —dijo Tommy agarrando firmemente la bragueta de su
novio.
—Eres un malcriado, tendrás que ver como hablas delante de
Luc —se rió divertido Lucien.
—Mmmm, pero puedo hablar muy sucio sólo para su padre… ¿eso
está bien? —preguntó el diablillo, con un acento recargado y sexi.
—¿Qué tan sucio? —quiso saber Lucien, cada vez más acalorado
e incómodo. El confinamiento de sus pantalones se estaba haciendo más y más
pequeño, haciéndole sentir muy dolorida su dura erección.
Tommy se acercó al oído de Lucien y susurró suavemente:
—Como decirte cuanto deseo tu enorme polla dándome duro. Que
me gustaría montarte y sentirte durante días —Lucien gimió ante las palabras de
su ardiente novio.
—Mejor nos vamos, no creo aguantar más no tomarte —Lucien se
levantó rápidamente y casi corrió hasta el vehículo, se detuvo junto a la
puerta del pasajero y se volvió a ver qué Tommy aún estaba sentado mirándolo
divertido—. Vamos, malcriado, obtendrás lo que quieres, así que apúrate.
—Ya voy, hombre —dijo soltando una carcajada. Al ver el apuro
de su novio.
Antes de seguirlo, Tommy miró hacia el riachuelo, luego el
cielo. Sonriendo. Sintiéndose feliz, como nunca antes. Se alegraba de haber
hecho lo que su padre le pidió. Ahora estaba seguro que su papá sabía todo lo
que pasó, y por eso le pidió que volviese a recuperar su vida. Suspiró y miró
hacia el cielo.
—Gracias, papá, donde quiera que estés. Te amo —dijo
sintiéndose contento. Se dio la vuelta y fue hasta donde lo esperaba Lucien.
Subió suavemente al auto y una vez que estuvo sentado al lado de él, lo miro y
sonrió. Dándole a saber que se sentía feliz de tenerlo ahora en su vida.
—Vamos, yo te guío hasta mi casa.
—Vamos… —sonrió alargando la mano y dando un pequeño apretón
en el muslo de Lucien—. Esperé tanto por esto, Lucien. Es como un sueño.
—Pues no lo es, ya era tiempo de que la vida nos diese un
respiro. Ahora vamos, quiero presentarte a mi hijo como corresponde.
—Él es un pequeño diablillo muy inteligente. Te sacará canas.
Me encantará formar parte de su vida si tú me lo permites.
—Él ya te considera su héroe —dijo Lucien con cariño al
referirse a su hijo.
—Guíame.
Tommy puso en movimiento el vehículo y los sacó del lindo
paisaje, se dirigió hasta donde le iba indicando Lucien. Se daba cuenta como
Lucien lo recorría con su mirada, no dijo nada pero le agradó que a este hombre
le gustase. Y si el frente de su pantalón era un indicativo de cuanto le
gustaba, eso significaba que era mucho. No dijo nada, sólo disfrutó del
momento. Al sentir la mirada persistente sobre él, miró hacia Lucien
directamente. Al verse sorprendido se sonrojó violentamente, por lo que Tommy
sonrió y le guiñó un ojo. No podía creer que su novio aún siendo mayor que él
fuese tímido. Había más en el hombre de lo que había visto de joven.
Definitivamente en ese tiempo su realidad de las cosas no se ajustaba a la
realidad.
Miró hacia el exterior, donde le indicaba Lucien. Le gustó el
entorno donde vivía su novio, era un tipo villa residencial, muy bien cuidada.
Las casas eran grandes, hermosas y daban la sensación de hogar. Se detuvieron
frente a una casa con jardín, rodeada de pasto muy bien cuidado. La vivienda
tenía un porche en la entrada, donde había un sillón estilo columpio. Le
encantó, se imaginó sentado con los largos brazos de Lucien abrazándolo, viendo
cómo se escondía el sol. Disfrutando esos momentos de ocio que compartirían
juntos.
Le daba un poco de temor ilusionarse, pero después de tanto
drama creía que se merecía un respiro. Detuvo el vehículo y sonrió al ver que
la puerta de entrada se abría y aparecía la mujer del parque, tratando de
retener a un inquieto Luc. El niño a pesar de ser pequeñito tiraba de la mujer,
Tommy sonrió y miró a Lucien.
—Creó que tu hijo en un año más será capaz de arrasar con
todo. ¿Tiene siempre tanta energía?
—Sí, él la tiene de sobra, pero doy gracias todos los días
por tenerlo. Ser padre es algo indescriptible.
—Ya lo creo, lo tuve en mis brazos sólo unos minutos y tu
diablillo me conquistó.
—Parece que los hombres Mathew tenemos algo que te atrae
—respondió divertido el padre del niño.
—Pues tal vez así sea. Vamos, está impaciente.
—Sí, vamos o botará a Mery.
Ambos salieron del auto, sin dejar de observar al niño. Su
niñera lo soltó y él corrió a los brazos de Tommy, asombrándolo. Nunca pensó
que lo elegiría por sobre su padre.
—Acostúmbrate, eres su nuevo héroe —sonrió Lucien.
—¿No te molesta? —Preguntó a su novio mirándolo a los ojos,
buscando algún tipo de desaprobación. Al quedar satisfecho subió a Luc a sus
brazos. El bebé se abrazó a su cuello. El niño susurró dejándose abrazar, al no
entenderlo miro confundido a Lucien—. ¿Qué dijo?
—Él quiere que le des el biberón. ¿No hay un beso para papi?
—preguntó al niño.
—Papi mí no…
—¿Qué significa eso? —Tommy frunció el ceño al no entender.
—Eso significa que él está volcado cien por ciento en ti. Al
parecer tendré que pelear por mi hijo —respondió Lucien haciendo cosquillas en
la pancita del bebé—. ¿Quién es mi bebé?
—¡Papi yo! No quilla… —decía entre risas el niño.
Tommy estaba maravillado de la relación que tenía Lucien con
su hijo, le recordaba a la que él tenía con su padre. Después de unos segundos
jugando Lucien dejó de hacer cosquillas al niño y se acercó a él, abrazándolo,
rodeando su espalda.
—No, papi, mío —el niño regañó a Lucien por abrazar a su
novio.
—Oye, muchachito, de eso nada. Tommy es de papá.
—Pero que es esto, ambos basta. Hay amor para los dos —dijo
regañando a padre e hijo. Su novio sonrió y se acercó a besar suavemente sus
labios.
—Vamos dentro, a este muchachito le toca su siesta, así
lograremos algo de paz.
Ambos fueron hasta el interior de la casa donde los esperaba
Mery lista para irse.
—Muchas gracias, Mery, mañana tómate el día libre, yo estaré
en casa.
—Está bien, Lucien, gracias.
Lucien acompañó a la mujer hasta la salida y volvió al salón,
donde se encontró con una enternecedora escena. Tommy se había sentado, dejando
al niño sobre su pecho y el bebé se durmió tranquilamente dejándose arrullar
por las caricias que le hacía su novio. Fue rápidamente por el biberón de Luc.
Cuando volvió tomó cuidadosamente al niño de los brazos de su novio y lo llevó
hasta su habitación. Colocándolo sobre su cunita, le quitó la ropita y sólo lo
dejó en camiseta y su pañal, lo cubrió con el cobertor. Tomó el biberón y lo acercó
a la boquita del niño, que aún dormido, la abría y se alimentaba mamando la
tetina de la botella.
Sintió llegar junto a él a Tommy, que silenciosamente se
quedó junto a él contemplando al bebé dormido. Tommy lo abrazó en silencio. Se
quedaron observando hasta que el niño se quitó él mismo el biberón y lo lanzó
lejos. Tommy al ver esto casi suelta una carcajada por lo que se cubrió la boca
y rió. Miró a Lucien divertido. Pero rápidamente perdió la sonrisa al ver el
crudo deseo en la mirada de su novio, éste se acercó y lo besó.
—Ven, veamos una película en mi habitación. Tengo tres
estrenos. Me los llevó uno de mis alumnos. A los chicos les gusta darse un
tiempo después de clases para hablar de películas, música y lo que los esté
afectando.
—Mery me dijo que ahora estabas dando clases en la
universidad. Al parecer ya sé porque te gusta más dar clases a universitarios.
Con los chicos adolescentes sólo pasabas malos ratos. Lo recuerdo bien, en más
de una ocasión quise golpear a los tontos que te fastidiaban. Y tú eres de los
profesores que se allega a sus estudiantes, ahora dime, ¿qué películas te
trajeron? ¿Son de acción o comedia?
—Es Rápido y furioso seis, trabaja la Roca. Y ese otro actor…
¿cómo es que se llama? —Se quedó tratando de recordar el nombre—. Creo que se
llama Vin Diesel. Ha salido en varias películas, me gustará verlos trabajar
juntos.
—Sí, él trabaja genial, ambos son tan sexis —dijo
entusiasmado.
—Sí, ambos son puro músculo. Creo que alguien está teniendo
serios problemas —soltó una carcajada al ver que Tommy se reajustaba el
pantalón.
—Yo opino que deberíamos empezar por esa, me han comentado
que es muy buena —tomó a Lucien de la mano y tiró de él hacia la habitación que
pensó era la de él. Una vez en ésta vio a su alrededor analizando el espacio de
su novio, era muy masculino. Grandes ventanales cubiertos de una pesada cortina
azul marina, paredes pintadas con un gris muy suave, y el cobertor de la cama
era azul y gris perla—. Es linda tu habitación —subió a la cama, se quitó los
zapatos y se recostó cubriéndose con el cobertor, y esperó que su novio pusiese
la película.
—Sabes, este chico que me trae las películas tiene muchas,
incluso dramas gay —le comentó Lucien mientras ponía la película en el
reproductor.
—Uuuyy, esas no me gustan, casi siempre terminan con los
protagonistas solos, quiero que queden juntos y felices. ¿Te has dado cuenta
que casi todas las películas que han hecho del tema gay son así? Ya casi no se
encuentran películas románticas.
—Sí, pero tienes buenas series sin embargo. ¿Has visto
alguna?
—No, ¿cuáles?—preguntó interesado.
—A ver, esta: Queer As Folk es estadounidense, Verbotene
Liebe que es alemana. Creo que esas dos son las mejores que han hecho. Si
quieres verlas se pueden ver por YouTube.
—¿Tú las viste?
—Sí, hace años —Lucien terminó de colocar la película y se
fue a recostar junto a Tommy, se detuvo al ver que este le estaba haciendo un
lindo pucherito con sus labios—. ¿Qué sucede a mi amorcito?
—¿Podemos ver la película sin ropa? Desnúdate…prometo que no
te tentaré a nada, sólo quiero que estemos así, desnudos y abrazados.
—Me lo haces difícil, Tommy ¿Sabes cuánto te deseo? Verte
desnudo me pondrá al borde.
—Por favor… quiero sentirte piel con piel…
—Está bien, pero me dejare los bóxers.
—Sí —gritó feliz Tommy. Ansioso, viendo desnudarse a su
novio. Lucien era tan guapo y sexi, su piel toda dorada… y esos músculos…
piernas largas y torneadas y ese culo firme… sólo de mirarlo Tommy sería capaz
de correrse. Reconocía no tener fuerza de voluntad.
—Hey ¿Qué esperas? Desnúdate también.
—Ohh lo haré, sólo estaba disfrutando de este sexi
espectáculo.
—¿Te gusta lo que ves?
—Diablos, hombre, eres tan sexi. Ya de adolescente me tenías
babeando.
—Ni me lo recuerdes, me dejabas en varios aprietos, con tus
intensas miradas —se quedó quieto, desnudo, sólo con sus bóxers. Con las manos
en las caderas. Viendo como Tommy se desnudaba. Era hermoso, delgado y bien
definido. Gimió al ver que este no se dejó los bóxers, los bajó junto con sus
jeans. Dejando a la vista para su deleite una larga y delgada belleza. Tommy
echó hacia atrás el cobertor, para acostarse bajo éste.
Lucien siguió su ejemplo y se acostó en la cama, acomodando
las almohadas, atrajo al muchacho a sus brazos y dejó que se apoyara sobre su
pecho. Cuando estuvieron cómodos, Lucien tomó el control universal de la
televisión y puso la película. Cuando estaban a la mitad de esta, Tommy
jugueteó con el pezón de Lucien, chupándolo, y delineándolo con su lengua.
Lucien estaba teniendo serios problemas para retener su
deseo, pero no quería apresurar las cosas. El ver a su novio con su hijo lo
llevó a pensar en una relación sólida y estable. Pero no podía pensar, Tommy se
encontraba pegado a él desde su pecho hasta las piernas, lo que lo mantenía con
una perpetua erección.
—No te muevas tanto, Tom —amonestó cariñosamente al joven.
—¿Por qué?... —el joven lo miró confundido por un momento,
hasta que vio la tienda de campaña formada frente a Lucien. Llevó la mano bajo
el cobertor y apretó suavemente el miembro excitado—. ¿Por qué esperar a que la
película termine? Te deseo… podemos tocarnos, chuparnos, lamernos…
—Tommy… —gimió angustiado y excitado al sentir como la mano
del joven masajeaba su pene.
—Déjame complacerte. Quiero poder dejarte satisfecho.
—Adelante… es todo tuyo —Lucien tomó el cobertor y los
descubrió, se quitó rápidamente los bóxers y se acomodó en la cama, abrió las
piernas para darle libre acceso al muchacho—. Ahhh… te deseo tanto… —gimió
dejándose llevar por el placer que le producían las manos de su novio.
Tommy se sentó en la cama. Se quedó en silencio viendo el
hermoso pene de su novio, estaba grueso, duro e inmenso. Envolvió con
reverencia el miembro, recorriendo las venas que se marcaba, con su pulgar tocó
el glande y esparció el líquido que escapaba del pequeño orificio. Se sintió
contento al sentir cómo su novio gemía por sólo el toque de su mano. El
movimiento no era tan fluido, ya que su mano temblaba, se sentía nervioso y
esto se lo impedía, pero hizo su mejor esfuerzo.
Sea como sea ésta era su primera vez. Se inclinó y llevó el
miembro a su boca, con sus labios lo rodeó. Gimió al sentir el sabor salado y
amargo del líquido pre seminal de Lucien. Con su lengua jugueteó alrededor de
la punta en forma de hongo y se ayudó rodeando la erección con su mano e
iniciando un movimiento arriba y abajo. Lucien se movía embistiendo su boca y
gemía alterado, lo sintió tomarlo del cabello y sujetarlo mientras se movía
dentro de su boca, al principio le costó mucho, el miembro de su amante lo
ahogaba, pero fue buscando su propia comodidad. Sin dejar de complacer a su novio.
—Me corro, tesoro… —gimió roncamente, Lucien. Sentía como esa
pequeña boca lo llevaba al borde, dejándolo hecho un manojo de sensaciones.
Sintió como se inició su orgasmo, como se apretaron sus testículos antes de
soltar su carga. Embistió con cuidado la hermosa boca de Tommy, sin dejar de
mirar cómo lo albergaba en su pequeña caverna, soltó un gruñido cuando se
corrió, llenando la boca de su chico, éste tragó y lamió hasta la última gota.
La visión de esa sonrosada lengua lamiéndolo como un helado lo maravillaba—.
Tom…
Tommy lo miró y dejó su miembro para enderezarse y besarlo.
Lucien sintió su propio sabor en ese beso. Rodeó con sus brazos a Tommy y lo
subió sobre su cuerpo, abrazándolo. Dejándose rodear por el calor de su cuerpo.
—Gracias, amor… eso fue fantástico. Me tenías tan caliente.
—Me gustó darte placer, me hace sentir eufórico, feliz. El
saber que soy yo el que te lo da.
—De eso se trata una relación, Tommy, de compartir y dar
mutuamente. De preocuparse por el otro. ¿Y qué hay de ti, cariño? Déjame
hacerte correr.
—Yo ya lo hice —sonrió divertido y le enseñó su vientre
bañado de hebras de semen—. No lo pude evitar, me excita tocarte, probarte… no
pude mantenerlo —Se quedó unos segundos en silencio antes de continuar más
seriamente—. Quiero esto, lo que tengamos juntos.
—Esta vez nadie me separará de ti.
—No digo que no me da miedo. La primera vez fue muy duro
enamorarme de ti —le confesó algo inquieto.
—Lo sé, ambos tuvimos que pasar por un difícil momento. Doy
gracias que tenías a tu padre para centrarte. Eras tan niño aún, hubiese estado
mal que me acercara a ti en ese momento. Te faltaba mucho por crecer.
—Mmmm… este joven en crecimiento está agotado, creo que la
peli y esta fantástica corrida me dejaron extenuado… ¿tomamos una siestecita?
—dijo bostezando Tommy algo adormilado. Se acurrucó contra el cuerpo de su
amante. Apoyó la cabeza en su pecho y rodeó el abdomen de su amante con su
brazo.
Lucien sonrió y lo abrazó, sin preocuparse de que Tommy
estuviese aún sin limpiar, ya lo harían luego.
—Nos vendrá de maravilla… aprovechemos que Luc está dormido
—dijo divertido—. No te acomodes mucho, mira que lo más seguro es que
despiertes de un salto cuando mi hijo exija atención.
—Mmmm para eso tiene un sexi papi que lo atenderá.
—Ahh, pero recuerda que el querrá a su héroe.
—Eres un diablo, ya sé a quién salió tu hijo. Ambos son
hermosos, pero mimados.
—Mmmm… piensa en eso cuando me tengas todo para ti.
—Shhh… basta…me quitaras el sueño y hoy conduje demasiado.
—Duerme, cariño, ya tendremos tiempo… y ahí no me dirás que
tienes sueño. —Eso es seguro, ahí te estaré pidiendo que me folles —Lucien
soltó una carcajada complacido al ver que su amante estaba empalmado sólo con
su conversación.
—Al parecer alguien está teniendo problemas —dijo indicando
con su dedo índice hacia la erección de Tommy.
—No le hagas caso, es más grande mi sueño… —Tommy se aferró
nuevamente al cuerpo de Lucien y se relajó, en pocos minutos estaba dormido.
Lucien abrazó al muchacho y suspiró, sintiéndose feliz por
primera vez en años.
FIN
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